domingo, 27 de septiembre de 2009

LA FUNCIÓN DE LA INACCIÓN

-Hola que tal, ¿Cómo va todo compa?
-Pues bien tranquilo, pasándola, ¿Tu cómo vas? ¿Qué has hecho?
-Yo, pues nada, me la paso echando la hueva.

Discurso clásico, especialmente en la vida del mexicano, y no es que apoye los clichés y los prejuicios sobre el tan afamado nacional huevón, pero es cierto, este diálogo se ha vuelto una constante entre los compañeros, incluso los más activos y comprometidos con el constante actuar. Y hablo del mexicano porque es al que conozco de forma más directa, soy uno de ellos, he sentido y vivido esta dinámica en la que desplazo mis actividades obligadas ad infinitud encontrando satisfacción efímera en cualquier otra estupidez que me mantenga distraído, absorto, RELAJADO. Remarco esta palabra porque es la que encierra la respuesta que yo le doy a la existencia necesaria de la procrastinación como parte fundamental de la vida del ser humano.

Exactamente, es así de sencillo, el ser humano necesita momentos de relajación, espacios de tiempo en los cuales olvidar que es responsable de alguna tarea, que tiene que mantenerse con vida y para ello debe trabajar, estudiar, construir, pensar, reflexionar, concluir proyectos… [pfff], en fin una variedad infinita de actividades con una finalidad específica. Si lo pensamos bien, la vida del ser humano, desde el principio de los tiempos, ha sido realmente estresante, nos agobia la responsabilidad de cargar con la conciencia -derivada del uso de la razón que sólo el homo sapiens ostenta- de nuestra misma existencia y de la necesidad de actuar de determinada forma para mantener esa desdichada y tan valiosa presencia en espacio y tiempo. No es fácil cargar con tan tremenda responsabilidad, y pese a nuestro amargo sentimiento de que los tiempos anteriores siempre fueron mejores, estoy seguro que es un sentimiento que se repite en las generaciones pasadas hasta sus inicios: “ya no es como antes”, “antes todo era más sencillo”, “ojalá hubiera nacido en tal o cual década”, etc. en eso nos pasamos los días, en pensar y darnos golpes de pecho por la cruel y terrible vida que nos tocó vivir, con toda razón creo yo, pero siempre con un límite, y ese límite lo marcan los periodos de procrastinación diarios en los que todos nos hemos sumido alguna vez para escapar de las constantes presiones.

Si duda es necesaria, por muy jodida que parezca, pero si no, el estrés nos llevaría a la decadencia social e individual, sino vean a los “gringos” o a los nórdicos, sociedades que viven en la opulencia de su “superdesarrollo” logrado con “gran esfuerzo” y trabajo constante, pero que terminan con los índices más altos de suicidio y homicidio, dos extremos igual de decadentes. Frente a estos casos la sociedad mexicana y todas las latinoamericanas tan criticadas por su lentitud permanente, por nuestro aletargamiento y culto a la procrastinación, son problemas menores, incluso podría ser una ventaja, pues gracias a ello nos mantenemos con vida, y me refiero a vida de verdad, no a la rutina en la que se encierran las sociedades “desarrolladas” en las que toda acción que no produce un beneficio es basura.

Por ello yo me pregunto ¿tan mala será la procrastinación? A fin de cuentas avanzamos “lento pero seguro”, no somos sociedades estáticas, sin historia ni futuro como alguna vez con gran ignorancia se dijo de los africanos, seguimos otros caminos, pero claro que si nos comparan con “ellos” (los productivos y desarrollados) bajo sus propios parámetros de obsesión productiva nos veremos en desventaja, pareceríamos, en esas circunstancias, sociedades sin ritmo, sin trabajo, adormecidas. Y por el otro lado vivimos la vida, la pasamos alegres, disfrutamos de ella y como dicen los italianos e pure si muove, seguimos adelante, crecemos nos desarrollamos.

Así que la próxima vez que reflexionemos sobre este “despreciable fenómeno”, recordemos que nada es completamente negativo, que todo proceso, fenómeno u actividad humana tiene al menos una doble función, en este caso la de alentar pero también la de relajar el transcurso de la vida cotidiana.

sábado, 26 de septiembre de 2009

DE CÓMO PROVOCAR A UNA AUDIENCIA APÁTICA

CONSEJO DE SEGURIDAD HISTÓRICO EN FRANCÉS
MONUUNAM 2008

PRESIDENTE: DAVID ACEVEDO STRAULINO

DISCURSO DE CLAUSURA

Buenas tardes honorable presidium, delegados y demás invitados, les saludo con afecto y agradezco su presencia.

Es muy agradable venir a este tipo de eventos y ver, como presidente, el desarrollo de las propuestas y los acuerdos, de la cooperación y el interés por resolver los conflictos internacionales.

Ayer precisamente, en éste comité se llegó satisfactoriamente, y con el apoyo de todos los delegados, a una excelente resolución que permitió la finalización de un conflicto de primer orden, y que en la realidad lleva años sin concluir del todo, e incluso, ha empeorado.

Desgraciadamente, es esta realidad la que en verdad nos atañe y en consecuencia la que debemos transformar.

Este es un llamado que les hago a la reflexión, pero sobre todo a la acción. La búsqueda del cambio y el mejoramiento del mundo en el que vivimos, se hace en el día con día y no con buenos deseos ni con futuras acciones, no con falsos compromisos ni mucho menos mintiéndonos y mintiendo a otros, cegándonos ante una verdad innegable.

Actualmente se nos presenta de cara una crisis económica internacional como nunca se había visto ni vivido con anterioridad, una crisis engendrada por la mentira del funcionamiento de un sistema desigual e injusto que nos han vendido -al igual que el paraíso- como el mejor lugar y la mejor forma de lograr la felicidad y la plenitud como individuos.

Ya hemos comprobado esa mentira, pero quizá un poco tarde.

El mundo, como lo hemos conocido, se desmorona; las instituciones y el derecho internacional así como todo el sistema mundial se ven rebasados por la crisis desde hace tiempo.

Quisiera poder exigir que abandonen su apatía, quisiera que más allá de las simulaciones, tuviéramos la capacidad de resolver los conflictos del presente, y hasta cierto punto creo que nuestro trabajo influye positivamente en el camino del cambio.

Los invito, por tanto, a que sigan trabajando; a informarse e informar, a reflexionar y sobre todo a actuar de todas las formas y a través de todas las medidas posibles. Para deconstruir lo insostenible y construir otra realidad.

Gracias.

David Acevedo Straulino

viernes, 25 de septiembre de 2009

GLOBALIZACIÓN VS. DEMOCRACIA NACIONAL (un análisis incompleto)

Globalización y democracia son dos conceptos que en la actualidad se usan con bastante frecuencia y que seguramente serán más usados con el transcurso del tiempo. A menudo estas dos palabras son utilizadas de forma errónea, sin conocer su significado de fondo, por lo que muchos de nuestros políticos y líderes mundiales frecuentemente usan estos términos en sus discursos de manera indiscriminada, muchas veces relacionados como dos factores complementarios, cuando en realidad son en muchos sentidos discrepantes.

La idea que quiero desarrollar se enfoca en la contradicción del concepto globalización con el de democracia nacional al observar que en algunos países donde la democracia no se ha consolidado del todo, los actores internacionales que ahora conviven y fluyen libremente, han contribuido a la desviación de un proceso necesario engendrando “semidemocracias” influidas por intereses externos.

Podemos encontrar las contraposiciones y consecuencias de la dinámica de estos conceptos, entendiendo globalización como un proceso de eliminación de fronteras para la introducción, el flujo, y el dinamismo de lo económico, político, social, cultural, ideológico, etc. a nivel mundial, (reconociendo que esta definición es muy básica y reduccionista.). Mientras el segundo concepto (democracia nacional) se refiere a la democracia que conocemos tradicionalmente dentro de un Estado, y no a las nuevas democracias regionales (como la establecida medianamente en la UE), o las globales (como la que se pretende tener en la ONU).

La democracia se ha extendido generalizadamente por todo el mundo a la par que el proceso de globalización, promovidos ambos rubros -desde hace ya largo tiempo principalmente por Estados Unidos (sin olvidar a otras potencias importantes)- desde inicios de la guerra fría como ejes centrales potenciadores de su poder y control sobre otras naciones. Con la desintegración del bloque socialista y la escalada de EEUU como “la potencia hegemónica”, la maximización y aceleración de dichos ejes fue muy clara.

Desde hace ya algunas décadas se ha vuelto innegable, no sólo la consolidación de la globalización en todas sus formas, sino también las consecuencias que esta provoca tanto a nivel internacional como nacional. Mientras que por otro lado, y de manera complementaria, la democratización de las naciones ha jugado un papel importantísimo dentro de este fenómeno globalizador.

Es necesario reconocer que la globalización al romper las barreras de todo tipo, y específicamente a nivel estatal, permite el ingreso de nuevos actores externos (transnacionales, otros Estados, ONG’s, instituciones religiosas, etc.) con capacidad de influir en lo estrictamente interno de un país, por ejemplo la democracia en todos sus niveles y aspectos: desde la elección popular de un gobierno, hasta las decisiones tomadas por este último en representación de otros intereses, que no el nacional, o sea el del pueblo que por su parte ha legitimado e impulsado dicho gobierno al poder.

También es importante recordar que a partir de la democratización nacional se dio una apertura al mundo y se permitió un flujo internacional (ingresos y egresos) de todo tipo que modificó por completo la dinámica del mundo de ayer con el que hoy conocemos. Cuestión casi imposible de considerar en regímenes de otra naturaleza puesto que fueron mucho más cerrados a la interacción con el mundo exterior.

En conclusión, la dinámica de la globalización con la democracia –sobre todo la de países en las que esta segunda no se consolidó- han provocado, por parte de los gobiernos, la deformación y enajenación de los procesos internos que debieran concretar, fortalecer, desarrollar y representar a una unidad (la del Estado-Nación) y no debilitarla, corromperla y desmembrarla, representando o respondiendo a intereses externos, mediante el poder de presión que los actores internacionales han obtenido de la desintegración de las fronteras y la enajenación de las nuevas libertades y derechos. Dicho de otra forma, es necesaria la consolidación de una democracia fuerte en la que los intereses nacionales se sobrepongan a cualquier otro interés, para contrarrestar eficazmente los factores externos que sin lugar a dudas representan ambiciones contrarias a las de la Nación.

Por otro lado, en un mundo globalizado en el que el flujo internacional y la interdependencia mundial son evidentes, es necesario asegurar que los medios y organismos reguladores funcionen correctamente bajo una completa democracia internacional en la que no se favorezcan intereses, para que la liberación de los flujos de cualquier tipo y la desintegración de las fronteras nacionales, no provoquen el colapso de los gobiernos que no han logrado la concreción democrática interna con el fortalecimiento de sus instituciones y la legitimidad que sus pueblos le otorgan. Y siendo concientes de que este escenario es poco real, las naciones deben buscar fortalecer sus órganos y la legitimación internos en pro de su preservación.

domingo, 20 de septiembre de 2009

PARANOIAS DE UN TRASNOCHADO

Ojos rojos, una pequeña barra vertical parpadeando en una página en blanco pulcro, esperando a que la transgreda a través de un proceso que no alcanzo a entender del todo: golpeteo sobre unas teclas en las que se dibujan garabatos extraños mejor conocidos como letras, luego un complejo sistema manda los impulsos eléctricos provocados por esos golpeteos de mis dedos sobre las teclas a un procesador que interpreta dichos impulsos y los transmite a su vez a la pantalla digital por medio de millones de micropuntos de color negro que forman los mismos garabatos impresos en el teclado toqueteado, ahora a través de otro sistema de luces y colores.

Ja… que divertido llamarle página a la imagen que tengo frente a mí en la pantalla digital de la computadora, es usual hacer ese tipo de referencias, utilizar conceptos, nombres, adjetivos; en fin, caracterizar todo lo que observamos a través de una pantalla con las denominaciones que le damos a la materia tangible: página en blanco, flecha, carpeta, etc. Baudrillard hace una excelente análisis sobre el fenómeno de la disolución entre la realidad virtual y la realidad en que vivimos, si recurren a él entenderán mucho mejor a lo que me refiero, o quizás solo se confundan con la complejidad de sus análisis de la sociedad posmoderna y la liquidez del mundo y todos sus procesos sociales (aunque la liquidez es un término acuñado por Bauman, ambos son pertenecientes a la corriente del posmodernismo, y por ello es perfectamente aplicable).

La barrita vertical de la pantalla sigue parpadeando, sólo se detiene cuando uno teclea constantemente, en cuyo caso la barrita cambia la acción del constante parpadear por la de mostrar las letras que uno ha presionado en el teclado. Es casi como si te invitara a escribir sin detenerte, que digo invitar, te presiona para que lo hagas; es como si te dijera: ¡Escribe o parpadearé hasta que te vuelvas loco! ¡No te atrevas a detenerte porque en ese mismo instante comenzaré con mi incesante parpadear!

No hay escapatoria, la otra opción es cerrar la imagen que simula una página que espera pacientemente, con la barrita vertical trastornando tus sentidos, provocando sentimientos demenciales: impaciencia, estrés, paranoia… No lo puedo soportar, mi cerebro a estas horas de la noche no logra procesar ideas con coherencia que pueda transcribir en esta pantalla para evitar que la barrita me violente con su terrible parpadear. No puedo escribir tonterías sólo por pararla porque es lo único que me causa más terror en éste momento. Escribir por escribir es banalizar un hermoso arte, es caer en el decadente mundo de las noveluchas y los articulillos de intelectuales orgánicos y literatos de segunda.

Es inaudito, una barrita parpadeante no me vencerá, yo seré quien la detenga, no con mis palabras, ni con mis frases, sino con el poder que me confiere ese pequeño rectángulo color rojo con una equis blanca marcada al centro, ese pequeño botón en el ángulo superior derecho de la “ventana” de este programa que a veces, como en esta ocasión, me repugna. Si, el botón de “cerrar” está a mi alcance y este provocador parpadeo no puede hacer nada para evitar que lo use… No sé si he sido yo el ganador o el perdedor de esta batalla, pero la guerra no termina aquí…

… nos volveremos a encontrar.

sábado, 19 de septiembre de 2009

… DELIRIO CON SABOR A TI

Hoy no sé por donde empezar, sobre que escribir, no me siento iluminado, mucho menos entusiasmado. He leído algunos párrafos interesantemente sentimentales -quizá algo cursis- en un espacio como éste; y sin buscarlo, así como así me vienen unas ganas irresistibles por darle rienda suelta a mis dedos sobre el teclado medio destartalado de mi ordenador portátil.

Si tuviera que buscar una fuente de inspiración para escribir sin duda sería esa mujer, esa mujer de altos vuelos, ingeniosos discursos del amor y de lo social, del combate y del mañana; mujer de movimientos extrañamente sutiles y llamativos que manipulan mis ojos quitándome la posibilidad de controlarlos, de cerrarlos o moverlos.

Podría hacer toda una oda a la mujer, a esa mujer, a ti que me lees con diversión angustiosa, con interés incrédulo, a la mujer que llevo dentro de mi y que muchas veces aflora sin complejos ni miedo a que la censuren, porque no me dejo censurar, porque no censuro. Podría pasarme horas pensando, alucinando sobre esa hermosa mujer de piel delicada de colores sensuales, de su hermoso cuerpo que se conforma de pronunciadas curvas y delicados trazos por aquí y por allá; mujer de ojos brujos, de ojos que transparentan la verdad y no ocultan la realidad que ella vive y que sus labios callan.

Siempre me he asincerado hablando de ti mujer y hablando contigo, siempre hemos sabido que no puedo ser de ti ni te puedo pedir que seas de mí de ninguna forma, ¿Porque no lo quiero? ¿Porque no hay tiempo? ¿Por qué soy un maldito egoísta, un insensible, superficial e inconsciente? No, no y no, me rehúso a ello, a esa mentira que te quieres tragar a la fuerza y con la cual sin saberlo o sabiéndolo muy bien me has chantajeado, me has querido hacer sentir el culpable.

Y sin embargo mujer, no me ofendo ni me doy golpes de pecho por tus insultos, por tu desprecio y tus reproches hacia mi persona. Yo me río, me siento alegre y comparto mi alegría contigo porque sé que un día entenderás, que un día te preguntarás por que no me escuchase y porque no me preguntaste quien era, hacia donde iba, que buscaba; yo estaré feliz de estar contigo pese a todo porque me haces feliz, me enriqueces, me llenas y haces de mi una mejor persona, alguien mejor para ti. Tú misma te quitarás esa venda que te has puesto en los ojos para no ver la realidad, y veremos juntos que esa realidad es menos terrible que el mundo de mentiras en el que nos habíamos refugiado.

Mujer, tu no lo sabes, no lo comprendes pero no hay nada que yo quiera más en éste y en cualquier mundo. Tu sola presencia me domina me empequeñece al grado de parecer un niño de 7 años y todo lo que ello conlleva: fragilidad, inocencia, inseguridad, torpeza, inmadurez, ilusión. No soy lo que aquel dice de mí, no soy lo que tú crees saber que soy, ni siquiera soy lo que yo quiero o pienso ser. Soy más que cualquiera, me siento más consciente de mi cada vez que me doy cuenta que sé menos del contenido que represento, de mi mismo.

Eres lo más increíble y bello que yo jamás haya visto, los ojos con los que te veo no responden a estereotipos de belleza, de la “estética femenina de moda”, no responden a palabras bonitas, buenos modales, sonrisas falsas y sentimientos prefabricados. He logrado alejarme de los esquemas planteados, del discurso preparado y la novela de las relaciones sentimentales basadas en la mentira, la chaqueta mental y el chantaje mutuo: una forma de engaño total en la cual los dos están conscientes de ello y sin embargo prefieren vivir entre esas mentiras que destruyen la relación antes de haber comenzado, a una relación sin ataduras y llena de la más completa y dura pero satisfactoria verdad. Y es que lo que pasa hoy en día es que no buscamos verdades o mentiras, buscamos sentirnos seguros aunque sea en torres de babel construidas con naipes.

Yo no juego ese juego, y respeto mucho que tú lo juegues, pero te admiro a ti que no lo juegas, te respiro sintiéndome pleno de seguridad utópica y de esperanzas tangibles. Eres una de las razones más relevantes que me hacen ser quien soy, eres parte de mi ser, de mi mente, de mi espíritu combativo. Mujer que me atormentas y me alivias; que me torturas y me acaricias; que me desprecias y me admiras… tu actuar constantemente dialéctico me deja perplejo, eres un ser fantástico.

No lo comprendemos, no nos entendemos sin el otro y por ello nos buscamos eternamente entre las sombras, los obstáculos de la vida misma…


UNO


Ieri sera mi sono resso conto che a volte mi trovo da solo, come se fosse un cane in giro per strada, cercando qualcosa da mangiare, col fredo che si sente fino alle ossa e soltanto un pensiero: “tempo c’è tantissimo, ma la Terra ¿ci sarà domani?”.


Hier soir je me suis rendu compte que de fois je suis complètement seul, come un chien que se promène tranquillement dans la rue, en cherchant quelque chose pour manger, avec un vent froid qui pénètre jusqu'aux os et un seul pansée dans la tête : « Le temps ne finira jamais, mais ma vie ¿je l’aurai encore demain ? ».


Yesterday I realized that sometimes I feel so alone, like a dog walking arround the street, looking for something to eat, with a cold wind freezing my bones and only one thought in my mind: “time is like infinity, but you ¿you’ll be for ever with me?


Ayer por la noche me di cuenta que a veces me encuentro muy solo, como si fuese un perro que se pasea por la calle, en busca de algo que comer, con un jodido frío que cala hasta los huesos y un solo pensamiento en la cabeza: “el tiempo no para… Pero todo lo demás si”.

domingo, 13 de septiembre de 2009

DESPERTAR

De repente, un pensamiento cualquiera atraviesa mi mente sin dejar recuerdo alguno… Imágenes se aglomeran en mi cabeza sin orden, se amontonan poco a poco, cada vez son más; es una especie de máquina vieja –me refiero a mi cerebro-, enorme y poderosa, usada, que al ser prendida hace ruidos estruendosos y se mueve lentamente, como con un enorme esfuerzo.

Las imágenes empiezan a cobrar sentido, se ordenan, los conjuntos toman formas variadas, ideas, frases, pensamientos que ya se integran a mi memoria –al menos en la de corto plazo. La máquina toma velocidad, el movimiento dificultoso se convierte en acción continua, veloz, se puede sentir la inconmensurable fuerza del aparato; es una estructura compleja que toma su tiempo para trabajar, pero una vez puesta en marcha no se detiene, es capaz de todo.

Una luz blanca como niebla, no muy fuerte, incluso tenue pero penetrante, lo abarca todo, poco a poco se extiende y se descompone en múltiples colores que comienzan a dibujar contornos, contrastes de estos colores dan forma a objetos que se aclaran y definen, penetran mis ojos, se transfieren a través de impulsos eléctricos a mi mente, ésta reordena y traduce la información obtenida en conceptos aprehendidos con el tiempo.

Libros tirados, ordenados de forma incomprensible; un escritorio también con libros, una lámpara de metal, una computadora y una taza aún con café; pequeños muebles rústicos construidos por manos inexpertas están llenos de libros, documentos, periódicos y libretas que se apilan en pequeñas torrecitas de diversos tamaños; ropa amontonada o colgada en un ropero abierto; un baúl tan viejo y a la vez tan estético que parece diseñado así apropósito; ventanas sucias con barrotes adornan dos de las cuatro paredes blancas, algunos árboles y estructuras se ven borrosas al exterior, a través de los cristales empolvados.

El cuerpo, todavía algo adormecido, se mueve perezosamente, los ojos están ya completamente abiertos y el cerebro toma ritmo de mañana; las partes comienzan a articularse, son uno mismo cada vez más concientes de pertenecer a una identidad física específica, única. Soy uno mismo, me estiro y suspiro, sé que ayer la pasé bien porque esta mañana estoy sintiendo las consecuencias; ya me he dado cuenta que estoy en mi cuarto, apazguatado sobre mi cama, una cama muy cómoda: yo mismo hice la base y el colchón destartalado con los resortes de fuera en el cual intentaba dormir lo he cambiado por la delicia sobre la que me retuerzo ahora.

Me despierto tarde, la mañana del sábado se está terminando, y lo sé no porque mi reloj biológico esté bien adiestrado, sino porque –aparte de haberle dado una ojeada al teléfono celular que se encuentra en el buró pegado a mi cama- recuerdo que he pasado un viernes entre placeres destructivos y electrizantes, ingredientes que, por si solos, provocan sensaciones que estremecen mi cuerpo y mi mente, pero que combinados superan a cualquier droga existente. De sólo recordar siento un hormigueo que recorre mi piel, se detiene en mi sexo, mi espalda y mis extremidades como un reducto de la experiencia pasada.

Trato de recordar y recapitular los hechos del día anterior, de saborear -como se hace con una buena barra de chocolate negro-, los placeres mundanos que hacen nuestras trágicas vidas un poco menos dolorosas, un poco más manejables.

Logro recordar bien cada detalle y cada momento del día anterior porque mi cuerpo, mis sentidos y mi mente ya han dejado atrás la pereza del despertar, ahora trabajan con agilidad.

…Pero esos deliciosos recuerdos son historia para otro momento, y quizá, para otro lugar.

viernes, 11 de septiembre de 2009

LAS DOS CARAS: REFLEXIONES SOBRE LA DIALÉCTICA

"Cómo se repiten los juegos. Calzamos en moldes más que usados, aprendemos como idiotas cada papel más que sabido."

Rayuela, Julio Cortazar


El título de esta entrada puede parecer muy complejo, un tema de intelectuales y académicos que no se entiende si no ha sido estudiado, que no se somete a las reflexiones mundanas de un individuo cualquiera, y sin embargo, es un tema que todos hemos abordado y pensado en diferentes momentos de nuestra existencia. Recordemos que el hecho de no atribuirle/saber el nombre de determinadas cosas, procesos o actos, no elimina su contenido, que de hecho es previo a esa denominación.


Para dejarlo más claro digamos que el hecho de que no sepamos que un determinado proceso, acto, o cosa es o está impregnado de dialéctica, no significa que no lo sea. Si hemos pensado en el amor, por ejemplo, y en como éste fenómeno afecta a los individuos involucrados, debido al comportamiento de uno con respecto al otro y viceversa, entonces hemos pensado en un proceso dialéctico. Que nuestra forma de pensarlo, reflexionarlo o analizarlo se exprese en un lenguaje menos científico (pensando en una esquematización teórico-metodológica), no invalida nuestras conclusiones o el acercamiento real al contenido del concepto “dialéctica”.


Esto se aplica a cualquier otra categoría de análisis, concepto, proceso o fenómeno que haya sido nombrado de “x” o “y” forma por los científicos, intelectuales o estudiosos. Pues pensar de forma contraria -considero yo- significaría establecer fronteras segregadoras y excluyentes que ponen en evidencia el intento de crear jerarquías en la aprehensión del conocimiento, lo que nos lleva a la “mistificación del experto”[1], ya no sólo el político, sino cualquiera que como profesionista en determinado tema se considera y es considerado más apto que el resto para hablar sobre lo que él comprende y los otros no.


Sin embargo, es necesario reconocer, que nuestro acercamiento hacia determinado conocimiento, hacia el contendido cognoscible de las cosas, los procesos, los fenómenos, las acciones, etc., no es ni puede ser tan preciso como el del “experto” puesto que la forma en la que nos aproximamos a una determinada fracción de la realidad es dispersa, desordenada y hasta cierto punto inconsciente. No sabemos que eso que estamos pensando, reflexionando y conociendo ya ha sido estudiado bajo parámetros teórico-metodológicos, y que como producto de ese acercamiento consciente, se a esquematizado, categorizado, nombrado y convertido en un concepto útil para el análisis de una parcela mayor o diferente de la realidad.


Es por ello que a mi me provoca conflicto la herramienta obligatoria llamada “cita” que utilizamos en toda investigación que pretenda tener un poco de seriedad y rigor científico. Porque me parece inaudito darle crédito a una determinada persona por las reflexiones que yo hago, y que según los registros escritos, esa persona ya ha hecho antes de que yo naciera siquiera. ¡Pero claro! ¿Cómo iba a ser lo contrario? Toda reflexión, todo pensamiento, toda acción, todo proceso, ya se a experimentado o ha acontecido repetidas veces. Esta es sólo otra expresión de la apropiación y la privatización del conocimiento como bien enajenado por el individualismo surgido del pensamiento liberal que rige las relaciones sociales y al mundo desde hace tiempo.


Es de hecho, el proceso dialéctico constante, inherente al ser humano en tanto ser social, el que determina el desarrollo de conocimiento desde las comunidades sociales más antiguas hasta la actualidad. Todo intercambio e interacción entre individuos, esencia de las relaciones sociales más básicas da como resultado la creación de conocimiento a partir de un proceso eminentemente dialéctico, creciente e integrativo que no podemos negar.


Por tanto, el conocimiento, producto de la dialéctica como esencia de las estructuras sociales, como elemento social y no individual, no puede ni debe ser privilegio ni puede ser propiedad de nadie. Socialicemos el conocimiento, socialicemos la información, demos pie a la construcción de sociedades conscientes, cultas, informadas, hagamos de estos elementos, no un derecho humano, sino una obligación contra la decadencia de la posmodernidad.



[1] Me baso en el concepto de “mistificación del experto” que usa Marcos Kaplan: La instancia política y el personal político en Kaplan, Marcos, Estado y sociedad, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1987, pp. 147-149.

domingo, 6 de septiembre de 2009

APATÍA HABITUAL

… Y es que ¿A quién no le ha sucedido? Son las 9 de la mañana, empieza un nuevo día y tu cerebro, reaccionando lentamente, empieza a enlistar las miles de actividades por hacer, los tantos proyectos pendientes que algún ayer decidiste iniciar; pero son las 9 de la mañana y ya sientes que se te revienta la cabeza de tanta información que procesas, organizas y jerarquizas.

No importa, tu cuerpo sigue mas aletargado que el de un alcohólico en Garibaldi a la una de la tarde, y con tantas preocupaciones encima sólo logras entumecerlo más.

Es un día como ayer, como hace dos meses o el año pasado, sabes que de las ocho mil tareas que te has propuesto harás tres cuando mucho, pero te empeñas en cambiar una dinámica que se te ha vuelto costumbre: la de mentirte sistemáticamente y creer que hoy vas a cambiar.

¡Pero si!, hoy si vas a cambiar, como lo hiciste ayer y lo harás mañana, lo más probable es que no sea para bien, pero en una de esas… yo no sé.

Ah que duro es vivir, pero que rico se siente, tropezar, caer, levantarte, correr. Es un mundo lleno de posibilidades que dejamos escapar, que nos impiden tomar o que nos arrebatan. Y sin embargo aquí seguimos, dándonos de topes contra la pared cuando podríamos estar actuando, transformando nuestro devenir individual y colectivo, o simplemente haciendo las tareas del día siguiente.

Escribo estas palabras y voy pensando con temor que el producto de mis golpeteos en el teclado será un ensayo moralista, por eso, he pensado en una solución, el final será inconcluso o pesimista (un amigo se empeña en mencionarme que un pesimista es un realista con visión), de esa forma me lavo las manos.

En estas situaciones es cuando te das cuenta que es muy fácil hablar, echar choro, discurso rebelde, consignas, acusaciones y reclamaciones. Puras palabras al viento que se desvanecen apenas salen de tu boca, porque después de todo, te das media vuelta y también tu lo has olvidado.

Apelemos a la memoria histórica, hagamos de nuestras palabras hechos tangibles, si, si a todo eso y más, pero no hoy, hoy ya es tarde y tienes sueño. El día lo has pasado entre divagaciones y reflexiones de muy elevado nivel intelectual, tan elevado que no te la crees ni tú.

Qué más da, mañana será otro día y con el todo un mundo de posibilidades.

Y en una de esas… yo no sé.

jueves, 3 de septiembre de 2009

DIVAGACIONES SOBRE LA IDENTIDAD CULTURAL



¿Qué es la identidad cultural?

¿Qué determina que yo y los otros me pueda(n) determinar dentro de tal o cual cultura, dentro de esta o aquella tradición, de éste o ese grupo social, étnico o cultural?

Estas preguntas me llegan a la mente constantemente como un latido de corazón, como una punzada molesta que no me deja tranquilo, que me atormenta.

Hoy más que nunca el tema de la identidad atormenta nuestras conciencias, no sólo la mía, y es que hace mucho que hemos perdido el rumbo…

[Posmodernidad, pérdida de referentes, mezcla, transformación, movimiento, etc.]

… La autoadscripción se ha convertido en una herramienta muy recurrida por antropólogos y estudiosos de las ciencias sociales, para determinar desde la individualidad si somos o no somos, si nos definimos dentro de determinado; pero esta herramienta es muy limitada, en cierto sentido débil y muy peligrosa desde mi punto de vista.

¿Por qué? Porque apela a la subjetividad para determinar algo que es en gran medida colectivo, ya sea desde el punto de vista esencialista que considera la tradición como principal fuente de la identidad, o desde el punto de vista constructivista que aboga por la construcción social de esta respondiendo no al pasado sino a un presente en continuo cambio.

Incluso, la nueva ola de pensamiento posmoderna que se inclina por la construcción de la identidad frente a la otredad sin rechazar la influencia de las dos posturas clásicas, es bastante pobre y nos deja un sabor de boca amargo, sin resultados concretos.