domingo, 4 de octubre de 2009

IDEAS POR HILAR

Hay algunos momentos en nuestras vidas que nos provocan fuertes convulsiones psicológicas contra las cuales no sabemos como luchar porque no se encuentran medicinas que curen estos espasmos, momentos llenos de estrés al no saber hacia donde caminamos cuando creíamos que estaba todo muy claro, esos momentos llenos de tensión e incertidumbre que envenenan nuestros pensamientos y los derriten hasta convertirlos en una masa amorfa y repugnante. Esos momentos que tanto problema nos causan pero que también nos ayudan a crecer se les ha denominado como “crisis de la edad”, y no se limitan únicamente a la pubertad y adolescencia como quisiéramos creer; el proceso de aprendizaje, experimentación y desarrollo van mucho más allá de ese punto en nuestras vidas y también con general frecuencia llegan a ser más dolorosos de lo que la transición de individuo a ciudadano (considerado así el fin de la adolescencia a los 18 y el inicio de la juventud responsable) suele ser.

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